viernes, 20 de diciembre de 2013

Reivindicando?? el espíritu navideño


Reivindicando?? el espíritu navideño

 

Hace unos días entré a un Shopping y como suele pasar en estas épocas de fiestas, como un elemento más de la decoración navideña, allí estaba él…
Entre los pinos nevados, con miles de copitos de nieve colgando del techo, un gran trineo tirado por renos parece “volar” sobre nuestras cabezas dirigiéndose hacia el gran árbol de Navidad del patio central... y allí estaba él… en la entrada de la gran juguetería.

 
La escena invernal es un oasis teniendo en cuenta los 38º C de calor que hace en la calle, cientos de personas se refugian en el único lugar con aire acondicionado y aprovechan para hacer sus compras de regalos, y allí estaba él… 
Desde las 3 de la tarde hasta las 12 de la noche, inmutable, sereno, enfundado en su traje rojo de grueso terciopelo y piel blanca, con sus botas, guantes blancos y su enorme gorro rojo, porque él viene desde un país muuuuyyy lejano y muy frío en el Polo Norte, con su espesa barba postiza blanca, larga cabellera blanca rizada (también postiza), una gran panza de espuma de goma bajo el traje, quizás porque no es lo suficientemente gordo para encarnar al tan mítico personaje, cargando una gran bolsa sobre su espalda y rodeado de enormes paquetes con el logo del Shopping. Todo este atuendo incrementa unos 15º C su temperatura corporal…

 
Pero lo que más me llamó la atención fue su mirada detrás de unos anteojos dorados sin cristales… me quedé un largo rato observándolo y creo que se dio cuenta porque en un momento levantó la mirada y me fulminó… yo sólo atiné a sonreír y lo seguí mirando.

Su mirada… no coincidía con el resto de su atuendo amable y angelical… había fastidio en sus ojos…

A su alrededor muchos niños hacían una larga fila para sacarse una foto con él y él permanecía en silencio, sólo estaba autorizado a decir “Jo Jo Jo, Feliz Navidad!!!”

 
“¡Pobre tipo!” pensé… 9 horas por día cagado de calor, rodeado de pendejos que lo pellizcan para comprobar que no es un muñeco, otro que se pone a llorar porque la boluda de la madre lo “obliga” a sacarse una foto con Papá Noel… “Es Papá Noel, viste??? Sacate una foto con Papá Noel, daleeeee!!!!”

Y sigue el desfile… un chiquito psicópata le pega una patada en la bota roja ante la mirada aprobatoria del padre que le acababa de comprar una PlayStation, y un grupo de 20 nenes saltando como forajidos y gritando: “Pa-pá No-el… Pa-pá No-el!!!”

 
Pero lo más gracioso de todo fue un nene de unos 6 años, gordito, rubio, con flequillo, estaba en la fila impaciente… muy impaciente… dando 3 saltitos cada tanto, caprichoso, fastidiando a su madre, gordita, rubia, con flequillo…

Finalmente llegó su turno para la foto y una vez terminada, se le acerca y le dice:

-          “¿Cómo te llamás?, y Papá Noel le sonríe y lo saluda con la mano sin contestarle (acordate que sólo puede decir “Jo Jo Jo, Feliz Navidad!!!”)

-          “¿Cómo te llamás? ¿Cómo te llamás?, insiste el pendejo cada vez más sacado.

-          “Me llamo Papá Noel”, responde finalmente el “ídem” con voz de “idem”

-          “Si, ya sé, pero quiero saber cómo te llamás!!!” insistió el pibito todo sudado de tanto saltar y tanta adrenalina.

-          “… ¡Uffff!... Ernesto... me llamo Ernesto”, respondió resignado, con voz de “Ernesto” y con los ojos demoníacos inyectados en sangre conteniendo la furia.

-          “¡¡¡Se llama Erneeeeestooooooooooooooooo, Papá Noel se llama Erneeeeeeeeeeeeeeestoooooooooooooooooooooooooooo!!!!” gritó para todos a viva voz el pequeño Satanás mientras se alejaba y señalaba con el dedo a la pobre victima navideña.

 

En ese momento creí que Papá Noel agarraba la bolsa que cargaba en la espalda y le envolvía la cabeza al pendejo hasta asfixiarlo, sin dejar de golpearlo contra el trineo hasta que deje de gritar y moverse ante la mirada atónita de la gente, y de su madre que terminaba de comerse un helado Torpedo de Frigor y no sabía dónde tirar el palito.

 
Y entonces pensé: “¿Qué necesidad hay que poner a un pobre tipo a cagarse de calor y soportar a cientos de pequeñas bestias durante horas?

¿Por qué creemos que tenemos una Navidad blanca en Argentina en diciembre?”

Y lo peor de todo: comemos pan dulce, frutas secas, mantecol, lechón, mayonesa, turrones… todos alimentos híper calóricos sólo porque nuestros bisabuelos, muchos de ellos con poca alfabetización, vinieron de Europa a fines del siglo XIX y siguieron festejando las fiestas de esa manera, comiendo hasta reventar comidas de invierno y nuestras familias siguieron con la tradición hasta hoy… “¿Vos que llevás? Yo llevo un pionono y un vitel toné, mi suegra se encarga de las confituras, decile a tu cuñada que no sea yegua y cocine algo, son siete y caen con las manos vacías…”

 
Pero volvamos a Papá Noel, o mejor dicho al pobre tipo que lo “encarna”

Hay que ser hijo de puta para sacrificar a un pobre cristiano sólo para vender más, disfrazando esa ambición con la ilusión infantil, que los nenes vean a Papá Noel y crean que existe de verdad.

Yo me imagino las semanas previas a diciembre, en las que los shoppings y los negocios empiezan a ambientarse con motivos navideños y ahí es cuando el sádico hijo de puta publica el aviso en el diario: “Se necesita hombre robusto, preferentemente actor, para promociones navideñas en importante Shopping”

 
Y ahí va el pobre actor sin trabajo, que estudió teatro durante 15 años con Norma Aleandro y Julio Chávez, haciendo Shakespeare y Chejov para sus amigos y familiares, sin cobrar un mango, se presenta con su CV y su DVD con videos de sus obras teatrales, y lo atiende el sádico hijo de puta que le hace creer que estar en un shopping de esa categoría es muy importante para su carrera ya que lo verán miles de personas, y le asegura que “siempre” va Adrián Suar a comprar regalos para sus hijos y quien sabe… lo contrata para la próxima temporada de TV.

Por supuesto que ni mira el CV ni los videos, así que ni se gaste en contarle con quien estudió, total es para los pibes que no entienden nada.

Y es ahí cuando el pobre actor resignado piensa en que no tiene un mango para irse un fin de semana a Santa Teresita en abril, con los jubilados… y acepta la oferta de trabajo temporal, en negro, y es ahí donde vuelve el sádico con una bolsa con el traje rojo, todo chivado del año anterior… el resto de la historia ya la conocemos.

 
Yo creo que Ernesto tendría que haber asfixiado al gordito rubio de flequillo, de esa manera hubiese salido en Crónica TV: (pantalla roja y música de CTV) “Ultimo Momento: Papá Noel enfurecido asesina a niño en Shopping. El asesino estudiaba teatro con Julio Chavez ” (sigue la música)

En todos los canales le hacen entrevistas a Julio Chávez que ni se acuerda del pobre tipo, pero aprovecha para promocionar la temporada de teatro en Mar del Plata, y así Ernesto se convierte en la nota de color de las fiestas; y el año que viene termina en “Bailando por un sueño” con Tinelli, y a la mierda con Aleandro, Chávez, Shakespeare y la ilusión de trabajar en el Cervantes o el San Martín.

 
Siempre odié a las promociones con actings, esa costumbre de personificar a las insignias de las empresas sólo para vender más.

 
Recuerdo hace unos años abrieron una sucursal de “Solo Empanadas” cerca de mi casa, era verano, con un calor terrible y el cretino del dueño hacía desfilar por la senda peatonal a “6 empanadas” mientras el semáforo se ponía en rojo en la avenida frente al local.

Eran 6 pobres chicas, (seguramente estudiantes de teatro) dentro de un disfraz de empanada de goma espuma con dos agujeritos para ver y otros dos para sacar los brazos… bajo el rayo del sol de las 3 de la tarde con 40º C bailando y saludando en medio de la avenida, y el cretino estaba bajo una sombrilla con el logo del local, un handy en la mano, arengando a las chicas para que saluden a la gente y agiten las pancartas con las ofertas y promociones. Sólo faltaba que una se desmaye así caían todas en efecto dominó. Hay que ser hijo de puta!!!!!

 
En otra oportunidad, hace unos años estaba en un Mc Donald’s de un complejo de cines muy importante, era la semana de del Día del Niño, y ahí estaba él… Ronald Mc Donald, alegrando a los infantes.

Seguí conversando con mi cliente en una mesa y me olvidé de la escena hasta que en un momento, antes de salir del local, decido ir al baño…

Veo que alguien se para a mi lado, eleva su mirada hacia el techo, sosteniéndose la chota, entorna los ojos y dice: “Ahhhh, me retaba re-meando!!!!”

Sí, debajo de la peluca roja y la cara pintada de blanco era Ronald, meando a mi lado… sacudió y se fue.

Cuando salgo, lo veo nuevamente alegrando a los niños, un poco más relajado… No más preguntas Su Señoría!!!

 
Hace muchos años, yo tendría unos 10 años, vino un circo a mi barrio para las vacaciones de invierno, y habían cortado la avenida donde desfilaban los muñecos de los personajes de la TV: Mickey, Pluto, Bugs Bunny, la Pantera Rosa y otros.

A mí me fascinaba la Pantera Rosa, tenía un muñeco de peluche, el disco con la música, no me perdía un capítulo en la TV, mi mamá me había hecho unas invitaciones para mi cumpleaños con la cara recortada en cartulina rosa, era fanático!!!

Me acerco al muñeco de la pantera que caminaba saludando por la avenida para tocarlo (no lo pellizqué como el nene a Papá Noel) pero en un momento un amigo me empuja, me tropiezo y le piso un pie a la pantera y ahí me dice con voz ronca: “¡¡Nene, me pisaste, boludooooo!!!” y le vi la cara a través de un agujero en la boca de la gran cabezota rosa, vi sus ojos enojados y le pedí perdón tímidamente y salí corriendo con terrible cagazo.

La Pantera Rosa, que era “muda”, me había hablado e insultado!!!

 
Creo que desde ese momento empecé a odiar a estos personajes, sin olvidar a los mimos y estatuas vivientes…

Queridos amigos, en estas fiestas espero que reflexionemos y entendamos de qué se trata la Navidad, no hay que tirar petardos, comer hasta reventar, ni ponerse en pedo hasta desmayarse para festejar el cumpleaños de Jesús.
Les deseo lo mejor y que sean realmente felices.


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